Mientras yacía en pedazos, la secta Guardiana no estaba muerta aún.
El cuerpo roto de Baleura la Guardiana de los cristales, reposa en lo más alto de su torre, pero su esencia está dispersa por todo el mundo en cada cristal y piedra preciosa.
Manteniendo así, un ojo vigilante en las energía telúricas, ella vela por la salud del planeta mismo.